El monumento más impresionante de Córdoba no ha dejado de sorprender a los viajeros desde hace casi 1200 años y es que sus numerosas ampliaciones y modificaciones lo han convertido en un monumento realmente único que aúna la religión musulmana y cristiana como ningún otro monumento lo ha hecho.
Durante más de mil años cristianos y musulmanes han dejado su impronta de manera continuada en el edificio y en este artículo hablaremos de las partes más destacadas en su historia.
La primitiva mezquita aljama de Abderramán I
El primer emir de Córdoba también puso la primera piedra de la que se convertiría en la primera y principal mezquita de la ciudad en el siglo VIII. Para ello compró la antigua basílica de San Vicente que se encontraba justo en el lugar para reutilizarla como cantera y por ello en esta parte del actual monumento se pueden ver columnas tanto romanas como visigodas que fueron reutilizadas.
La ampliación de Al-Haken II, la más suntuosa.
El segundo califa de Córdoba realizó la segunda ampliación de la mezquita para convertirla en una mezquita digna de la capital del Califato. Para ello traería arquitectos exclusivamente de Bizancio y hoy en día aún se mantiene el antiguo lucernario, convertido posteriormente en la capilla de Villaviciosa por los cristianos y sobre todo, el actual muro de la Quibla, el muro más sagrado donde se orientaban los fieles y donde se encuentra el Mihrab, donde se conservaban los escritos del Corán y que hoy en día está intacto.
La Catedral de Carlos V
La modificación cristiana más notable sería la catedral renacentista que mandó hacer el emperador Carlos V justo en medio de la mezquita. Una catedral totalmente integrada en la estructura musulmana que prolongaría su construcción durante doscientos años hasta que se finaliza el coro y que mezcla estilos renacentista y barroco con una luz y una belleza única.
Las capillas nobles
Alrededor de los cuatro muros de la mezquita y anexas también a la catedral se encuentran las capillas que desde el siglo XIII los nobles de Córdoba construyeron para enterrarse. Auténticas joyas de diferentes épocas y estilos que guardan retablos y cuadros únicos. Destaca la capilla del Cardenal Salazar, la de la Concepción y la de San Bartolomé, donde descansan los restos del famoso poeta cordobés Luis de Góngora.
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