Córdoba es conocida por haber sido la capital del famoso califato de Al-Ándalus, imperio que ocupó casi la totalidad de la Península Ibérica (exceptuando parte de la Cornisa Cantábrica). Sin embargo, muchos siglos antes, Córdoba fue capital de la Hispania Ulterior, parte del territorio de Hispania, siendo conocida con el nombre de Corduba. En el año 27 a.C., el emperador Octavio Augusto organizó todas las provincias del Imperio romano, siendo Hispania dividida en tres nuevas regiones: la Lusitania, la Tarraconense y la Bética, siendo esta última la región controlada por Corduba.
La ciudad fue fundada en el siglo II a.C. por el general romano Marco Claudio Marcelo. Dentro de la República romana, fue escenario de uno de los grandes episodios del momento: la guerra civil entre los pompeyanos y los cesarianos. Córdoba fue leal a Pompeyo, por lo que sufrieron la ira de Julio César cerca de 22.000 cordubenses.
Ya en época imperial, y con la reorganización de Octavio Augusto, Córdoba recibe el título de Colonia Patricia, transformándose totalmente la ciudad, embelleciéndola. Con la llegada del emperador Claudio, se construye el centro imperial, siendo uno de sus elementos el templo que estamos tratando, finalizando su construcción en el gobierno de Domiciano.
Este templo, dedicado al culto imperial, era de estilo corintio, con columnas rodeando todo el edificio y con seis columnas tanto en la portada como en la parte trasera. Justo enfrente de la puerta de entrada, había un altar donde se celebraban los sacrificios en honor al emperador divinizado. El sacrificio animal era algo normal en la vida religiosa romana. La elección de la ofrenda se elegía de la siguiente manera: los animales machos se ofrecían a los dioses, las hembras a las diosas. Los más comunes eran el buey, el cerdo, la oveja o el pollo. A los de mayor tamaño se les aturdía primero con un hacha y luego se les cortaba el cuello. En cuanto manaba la sangre, se abría al animal y se examinaban sus entrañas para asegurarse de que los presagios eran favorables. Los oferentes celebraban un banquete con la carne en el recinto del templo. Las ofrendas más modestas consistían en pasteles, flores o pequeños exvotos.
Este templo fue descubierto en la década de 1950, siendo las excavaciones dirigidas por Samuel de los Santos Gener, entonces director del Museo Arqueológico, y Félix Hernández, arquitecto de la época. Está situado justo al lado del Ayuntamiento de Córdoba, edificio que fue construido a imitación de una gran casa romana. Asimismo, la calle en la que se encuentra situado en la Calle Claudio Marcelo, en recuerdo del fundador romano de la ciudad de Corduba.
En el año 2017, se puso en marcha la puesta en valor del templo, quitándose la capa negra de suciedad del monumento, adecentándose. En abril de 2018 se inició la segunda fase, con la intención de adecuar la zona para visitas turísticas y la creación de un centro de interpretación. En un principio, estaba previsto que este plan finalizase en otoño de 2018, aunque parecer ser que dicho proyecto se ha retrasado. Asimismo, desde 2015 el templo ha sido adornado con una escultura de un divinizado Claudio Marcelo, realizada por el escultor Marco Augusto Dueñas.
Si queréis conocer más detalles sobre el pasado romano de la ciudad, no dudéis en contactar con Córdoba Tips Tours. Podéis contar con el Tour de Casco Histórico (Puerta de Almodóvar a las 11:00) y con el de Leyendas de la Judería (Puerta de Almodóvar a las 19:00). No olvidéis que todos nuestros free tours necesitan reserva previa, pudiéndose hacer desde la web de https://cordobafreetour.es. ¡Os esperamos!
Monumentos de Córdoba
Qué hacer en Córdoba
Tour Gratis Córdoba
Guía Turísticos Gratis
Córdoba Free Tours
Córdoba Tips Tours
Córdoba Free Walking Tour