Al visitar una ciudad muchas veces se nos escapan algunos detalles, y es que un simple arco puede haber sido testigo del asentamiento de campamentos romanos, conquistas musulmanas e incluso de la industrialización del lugar que lleva custodiando desde épocas remotas. Como el grueso de las ciudades medievales castellanas, Córdoba contó con una muralla para defender el núcleo urbano que iría modificándose con el paso de los siglos y de la cual queda alguna de las puertas que permitían el acceso a un centro casi inexpugnable.
Si bien son famosos los romanos por la construcción de muros como elemento defensivo, quizás lo que mejor se conserva son las reformas de época musulmana. Cuando Fernando III el Santo reconquista Córdoba, se encuentra con un recinto amurallado dividido en dos partes: la Medina y el barrio de la Axerquía, que sería entonces la parte de los arrabales orientales conocida como al-Rabat al-Sharqiyya.
Tras la reconquista cristiana, la restauración de la muralla urbana de Córdoba va a ser un asunto de suma importancia, puesto que existen registros de que distintos reyes destinarían dineros e impuestos para reparar y ampliar el cerco amurallado entre los que destacan Alfonso X el Sabio, Sancho IV, Juan I, Enrique II y Enrique III.
Las obras de época cristiana se pueden llegar a confundir al estar realizadas por moriscos y la principal técnica constructiva seguiría siendo el tapial. La gran diferencia viene marcada por la parte ejecutada en época califal donde se habrían construido muros de sillería a soga y tizón.
Y como todo recinto amurallado, las puertas eran fundamentales, variando el número de las mismas desde época romana hasta su desaparición, quedando las siguientes en pie:
Se conoce la existencia de esta puerta desde época romana, recibiendo su nombre por la proximidad al puente romano. No sabemos qué fisonomía tendría en aquella época porque lo que ha llegado hasta nuestros días se hizo en el siglo XVI en estilo herreriano.
Esta puerta se ubicaba en la parte suroccidental de la muralla que fue levantada para cercar el Alcázar de los Reyes Cristianos, la huerta del Alcázar y el Alcázar Viejo. Está fechada en la misma época que esta parte de la muralla, es decir, en el siglo XIV. Recibe su nombre del hecho de que desde está puerta se iniciaba el camino a Sevilla.
Estaría ubicada en el lienzo occidental de la muralla. Se sabe que este mismo lugar estuvo ocupado por una puerta de época romana y otra de época califal, siendo la actual restaurada en el siglo XIX. El nombre se conoce desde la época de la conquista, por iniciarse aquí el camino que conducía a la población del Almodóvar.
Estas tres son las únicas puertas conservadas de la Córdoba amurallada, destruyéndose las otras entre los siglos XIX y XX pero conociendo muchos de sus nombres que siguen usándose a pesar de que ya no existan, como por ejemplo la Puerta de los Gallegos, la Puerta de Osario o la Puerta Nueva, entre otros.
Del antiguo recinto fortificado también se conserva alguna torre de la que hablaremos en otra ocasión, no sin antes invitaros a descubrir todos los secretos de Córdoba a través de nuestras visitas guiadas. Desde Córdoba Tips Tours ofertamos dos rutas diferentes: Casco Histórico (Puerta de Almodóvar a las 11:00 en castellano y a las 13:30 en inglés) y Leyendas de la Judería (Puerta de Almodóvar a las 17:00 ambos idiomas). No olvides que se necesita reserva previa -en www.cordobafreetour.es- para asegurarte una plaza en los tours, ¡te esperamos!
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