Si visitáis Córdoba, no podéis pasar por alto el ver la ciudad de Medina Azahara, la ciudad palatina construida por los califas para su uso y disfrute, situada a unos kilómetros de la capital cordobesa. Hoy os traemos cinco curiosidades acerca de este enclave:
1. La ciudad brillante.
Siempre se ha contado que esta ciudad surgió por el romance entre Abderramán III y la bella cortesana Azahara, de ahí que muchos traduzcan el nombre de la ciudad como ‘la ciudad de Azahara’. Sin embargo, el nombre real, Madinat al-Zahra, significa ‘la ciudad brillante’, ya que se construyó con piedra caliza, y cuando el sol está en lo alto del cielo, la ciudad “brillaba”.
2. Los almendros de Medina Azahara.
Se cuenta que unas de las concubinas de Abderramán III, procedente del norte de la Península Ibérica, tuvo una gran tristeza. Ello se debía a que echaba de menos sus tierras y la visión de las montañas nevadas. Por su condición climatológica, es muy raro que nevase en Córdoba, por lo que Abderramán, para hacer feliz a su amada, ordenó plantar almendros e higueras de flor blanca justo enfrente del balcón de dicha amante, asemejando así un manto de nieve.
3. Visitas al Salón Rico.
El Salón Rico, uno de los sitios más excepcionales del complejo por haber sido el salón de las embajadas califales, se reabrió estas Navidades entre el 22 de diciembre y el 5 de enero. Desde 2009 está cerrado al público por obras de restauración, aunque esperamos que dentro de poco se vuelva a reabrir de nuevo.
4. La fuente de mercurio.
Se cuenta en las crónicas árabes que hubo un salón, llamado Maylis al-Jilafa, que contaba con un gran estanque en medio, lleno de agua y mercurio. En dichas crónicas podemos leer que Abderramán III solía asustar a sus contertulios ordenando a los esclavos a que removiesen el estanque, “con lo que el salón se llenaba de una luz relampagueante que embargaba los corazones de los presentes”, según una crónica anónima andalusí.
5. La leyenda de los cervatillos.
Se cuenta que unos hechiceros echaron un conjuro sobre Medina Azahara por ser un símbolo de opulencia y lujo innecesario. Incitaron al califa a tallar cuatro fuentes de bronce cuyo surtidor de agua era un cervatillo, iniciando así la maldición que acabaría con el Califato Omeya y con la ciudad brillante. Los cervatillos fueron robados y separados, ya que se cuenta que si se volviesen a unir las cuatro figuras, habría un cataclismo peor que la caída de Al-Ándalus.
¿Conocías alguna de estas leyendas? Si quieres saber más, no dudes en visitar este enclave arqueológico que, además de ser uno de los más grandes de España, resulta sorprendente que sólo se ha excavado el 10% de todo el complejo. Su historia y su condición le han valido para que en 2018 se convirtiese en Patrimonio de la UNESCO, dándole a Córdoba el récord de ciudad con más monumentos con este título.
Si quieres visitar la ciudad brillante, el horario (entre el 1 de enero y el 31 de marzo) es el siguiente:
De martes a sábado: de 9:00 a 18:00 horas.
Domingo y festivos: de 09:00 a 15:00 horas.
Lunes: cerrado.
La entrada es gratis para todos los miembros de la Unión Europea, y si no perteneces, cuesta 1,50€. Asimismo, la lanzadera que sube hasta el enclave cuesta 2,50€ -y 1,50€ para niños de 5-12 años.
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