Como un pedazo de historia que se resiste a caer en el olvido, el Palacio de Viana es una casa nobiliaria que desde el siglo XV hasta el siglo XX ha ido adaptándose a los tiempos que le tocaba vivir, pasando por diferentes propietarios que supieron adecuarla a las circunstancias y modas de la época. Así, a día de hoy, es un rincón sublime de Córdoba donde perderse entre patios y una casa palacio que no os dejará indiferentes.
En sus inicios, allá por el siglo XV, la casa estaba vinculada al señorío de Villaseca, titulo ostentado por la familia Figueroa y Córdoba. En su último periodo con Gómez Fernández de Córdoba y Figueroa (1647-1704) el señorío pasará a ser marquesado, al conseguir el título de I Marqués de Villaseca. En esta primera etapa se van a sentar las bases del palacio renacentista sobre la antigua casa medieval, reformándose el Patio de Recibo, adquiriéndose el hoy llamado Patio de los Gatos y construyéndose el Patio de las Rejas.
El I marqués de Villaseca muere sin descendencia, y al heredar el título su sobrino entramos en una nueva etapa con la familia Fernández de Mesa, siendo Fernández de Mesa y Argote el II marqués de Villaseca. Esta etapa se extiende desde 1704 hasta 1788. En esta segunda etapa no podemos dejar de destacar a la VI marquesa de Villaseca, Ana Rafaela Fernández de Mesa y Argote, quien lleva a cabo el grueso de las reformas de la Casa Palacio en este siglo XVIII. Será ella quien cree el Archivo Histórico de Viana, el patio Barroco del Archivo y reforma el patio de la Madama. Al casarse con el conde de Villanueva de Cárdenas, Fernando Cabrera Gómez de Cárdena y de la Cerda, se unen marquesado y condado y el hijo fruto de este matrimonio iniciará una nueva etapa en lo que al Palacio de Viana se refiere.
La tercera etapa, desde 1788 a 1871, corresponde a la familia Cabrera, marqueses de Villaseca y condes de Villanueva de Cárdenas. En este momento se añaden nuevos terrenos en los que se encuentran los actuales patios de la Alberca, el Pozo, los Jardineros, la Capilla y la Cancela, así como el Jardín. La viuda de Juan Batista Cabrera y Bernuy, María del Carmen Pérez de Barrada y Bernuy se convertirá en la I marquesa de Viana al casarse por segunda vez con Teobaldo Saavedra y Cueto, I marqués de Viana. Sin descendencia de ninguno de los dos matrimonios, el Palacio de Viana será heredado por el sobrino del I Marqués de Viana, iniciándose ahora la cuarta etapa que le da el nombre actual al recinto.
Así, entre 1871 y 1980 está casa palaciega pertenecerá a la familia Saavedra, ahora sí, marqueses de Viana. El II Marqués de Viana será el impulsor de la idea de convertir esta propiedad en una casa-museo, ampliando las colecciones artísticas del Palacio de Viana y encargándose de la difusión cultural de este lugar. Sofia Amelia de Lancaster y Bleck, III marquesa de Viana, terminará de darle la configuración actual al palacio, incorporando los patios de servicio e incluyendo piezas arqueológicas y parte de su colección de arte que albergaba en su palacio de Madrid. Antes de su muerte sin descendencia, Sofia Amelia pone en venta este palacio, que será la quinta y última etapa del complejo palaciego.
Aunque en un primer momento la venta se intenta hacer con Francia, los cordobeses van a reclamar este espacio como suyo y finalmente será adquirido por la Caja Provincial de Córdoba, actual Cajasur en el año 1980, siendo abierto al público en el año 1981.
A lo largo de este recorrido por la historia del Palacio de Viana, podemos hacernos una idea de la cantidad de espacios abiertos como patios (12 en total) y jardines que encontraremos en esta casa habitada hasta finales del siglo XX por diversas familias nobles, y es que estamos hablando de un recinto de 6.500 metros cuadrados de los cuales en torno a 4.000 corresponden a zonas al aire libre.
Los patios aquí situados reciben los siguientes nombres: Patio de Recibo, Patio de los Gatos, Patio de los Naranjos, Patio de las Rejas, Patio de la Madama, Patio de Columnas, Patio de la Alberca, Patio del Pozo, Patio de los Jardineros, Patio de la Cancela, Patio de la Capilla y Patio del Archivo. En la entreplanta de este último encontramos el Archivo Histórico de Viana, con más de 400.000 documentos, datados los más antiguos en el siglo XII. Cada patio tiene una historia diferente, un estilo particular, un motivo concreto…pero siempre con la esencia de los Patios que hacen de Córdoba un rincón especial en el mundo.
Tapices, obras de Goya, pinturas flamencas, pinturas románticas, una biblioteca de más de 7.000 ejemplares, azulejos, armas y otras muchas joyas artísticas se encuentran en el interior del palacio en el cual haremos un recorrido por diferentes estilos arquitectónicos que sin palabras nos cuentan la historia de este diamante cordobés ubicado en el barrio de Santa Marina.
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