LEYENDAS DE LA MEZQUITA: LA CRUZ DEL CAUTIVO

Monumentos

No son pocos los que, venidos de cada rincón de España y de todos los paises del mundo, aguardan en nuestros tours el momento de visitar la Gran Mezquita- Catedral.

Ya sea motivados por la historia, el arte, la cultura o la religión, cualquiera enciende su curiosidad ante tal monumento. Pero todos, absolutamente todos, quedan absortos en los secretos y enigmas del templo.

Y es que cada piedra, cada ladrillo y cada columna guarda algún misterio que engrandece el valor de nuetra Mezquita. Concretamente estas últimas, las columnas, serán las protagonistas en este artículo.

 

En repetidas ocasiones, los participantes en nuestras rutas nos han pedido que les contemos acerca de “esa columna de la mezquita que tiene una cruz dibujada, y que está protegida con una reja”.

Como a nosotros nos encantan las leyendas y misterios, os contamos a continuación su historia:

 

En medio de ese bosque de columnas que sustentas arcos rojos y blancos, justo entre la capilla de Nuestra Señora del Rosario y la de Epifanía, encontramos una columna con una cruz grabada. La leyenda cuenta que, en el periodo de invasión islámica, muchos cristianos se oponían a la conversión y, en más de una ocasión, entraron en la gran mezquita para condenar el islam. Muchos de ellos fueron apresados y torturados. Nuestra historia se centra en un joven muchacho que, por su corta edad, sufrió un martirio diferente.

 

Según la tradición, este jóven cristiano fue encadenado a una columna, para obligarle a convertirse. Sin embargo, el resultado fue totalmente contrario: él se aferró a su fe con más fuerza y, con las uñas de sus manos, empezó a arañar el marmol de la colunma hasta que, con el paso del tiempo, consiguió dejar tallada una cruz sobre ella.

Junto a la columna, encontramos un cartel pintado allá por el siglo XVIII, en el que podemos leer la siguiente traducción: EL CAUTIVO CON GRAN FE/ EN AQUESTE DURO MÁRMOL/ CON LA UÑA SEÑALO/ A CRISTO CRUCIFICADO/ SIENDO ESTA IGLESIA MEZQUITA/ DONDE LO MARTIRIZARON.

 

Son muchos los vecinos que defienden la veracidad de esta historia e incluso, con cariño, la relatan como acontecimiento histórico. Sin embargo lo más probable es que se trate de una de las marcas de cantería con que los trabajadores señalaban las columnas. Tal vez con el paso del tiempo o posteriormente en la cristianización, se realizó esa cruz sobre alguna de ellas y las conversaciones e hipótesis de los locales han ido formando esta bonita leyenda.

 

He aquí otra razón para verificar que Córdoba es un paraiso cultural, y su gran Mezquita – Catedral, un monumento mágico.

 

 

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